El Dr. Marco Antonio Villalta, académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile, lidera un proyecto Fondecyt Regular que estudia cómo se expresan los patrones de inclusión en el aula en relación con el entorno cultural y territorial en el que se insertan las y los docentes. La investigación es apoyada por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt-Usach).
A pesar de los avances normativos en materia de inclusión educativa, aún persisten muchas preguntas sobre cómo se vive esa inclusión en el lugar donde más tiempo conviven docentes y estudiantes: la sala de clases. Si bien se espera que niñas y niños se adapten a ese entorno, dicha adaptación depende en gran medida de las herramientas y estrategias con las que cuente la o el docente. En cursos que suelen reunir a cerca de 40 estudiantes, los desafíos para quienes enseñan son considerables, y es precisamente en ese contexto donde se vuelve urgente comprender qué significa incluir y cómo se traduce ese principio en la práctica cotidiana del aula.
En esa línea, desde 2024 el académico, Dr. Marco Villalta, lidera el proyecto Fondecyt Regular 1240814 que estudia cómo se manifiesta la inclusión en aulas de contextos rurales, urbanos y del sur extremo de Chile. La investigación incorpora tecnologías como los lentes de seguimiento ocular denominados Eye Tracking, que permiten observar el aula desde la perspectiva del o la docente y registrar con precisión en qué se enfoca su atención mientras enseña.
“Estos lentes tienen microcámaras que siguen el movimiento de los ojos y generan mapas de calor que muestran qué observa la profesora, cuánto tiempo mira a cada estudiante, o en qué parte del aula se concentra más. Esa información nos ayuda a entender cómo se traduce la inclusión en la práctica cotidiana”, explica el investigador.
La inclusión, en el contexto de esta investigación, se entiende como un principio que combina tanto una dimensión normativa como interpretativa. Por un lado, implica garantizar que todos los niños y niñas puedan participar activamente del aprendizaje, eliminando las barreras que dificultan ese proceso, y por otro, considera la capacidad de las y los docentes para reconocer y responder a las diferencias que emergen en el aula, muchas veces más allá de lo que establecen las políticas educativas.
“La inclusión no se limita únicamente a estudiantes con necesidades educativas especiales, sino que también abarca realidades como el origen migrante, las altas capacidades, las diferencias socioeconómicas o emocionales, entre muchas otras. Estamos trabajando con escuelas básicas de Santiago, Carahue, Saavedra, Temuco y Aysén, lo que nos permite contrastar cómo la inclusión se vive en territorios con condiciones culturales y sociales muy distintas”, señala el académico.
Bienestar docente e inclusión
Uno de los hallazgos más significativos hasta ahora revela una paradoja: las profesoras que trabajan en entornos percibidos como altamente inclusivos no necesariamente reportan mayor bienestar general. Estas observaciones abren nuevas líneas de análisis sobre cómo el bienestar docente condiciona la posibilidad de implementar una inclusión efectiva.
“Parece ser que en las escuelas rurales, donde la inclusión se percibe con más fuerza, las profesoras tienen menor bienestar, quizás porque su vida social y laboral se entrelazan. En cambio, en contextos urbanos, pese a un menor índice de inclusión, las docentes tienen condiciones compensatorias que favorecen su calidad de vida”, explica Villalta.
Estos primeros avances de la investigación fueron presentados por el académico en el XII Congreso Internacional de Psicología y Educación (CIPE) 2025, realizado entre el 25 y 27 de junio en Oviedo, España. En esa instancia, el Dr. Villalta expuso la ponencia “La Inclusión Educativa en Contexto: Experiencias Escolares en Chile y su Pertinencia Territorial”, en la que destacó el uso pionero del Eye Tracking en investigación educativa en la región y el mundo.
El CIPE, promovido por la Asociación Científica de Psicología y Educación (ACIPE), es uno de los foros más relevantes de su área a nivel internacional. Bajo el lema “Bienestar psicológico y digitalización: el gran reto de la Psicología hoy”, reunió a expertos de Europa y América Latina en torno a temas como el aprendizaje, el desarrollo y la inclusión en la era digital.
Durante su visita, apoyada por la Dicyt, el investigador fortaleció lazos de cooperación con el Dr. Juan Pablo Hernández-Ramos de la Universidad de Salamanca, con quien proyecta el desarrollo de los análisis sobre los datos recolectados, así como futuras publicaciones conjuntas.
Texto y fotografía: Camilo Araya Bernales
