Tras intensas jornadas de diálogo y evaluación, se aprobaron 18 propuestas de seis países como México, Panamá, Perú, Bolivia, Argentina y Chile, que integraron al Atlas de las Maravillas una selección de diez destinos turísticos, cuatro productos identitarios y cuatro experiencias de asociatividad.
El Simposio Internacional de Turismo Eco-Cultural, realizado entre el 24 y el 26 de septiembre en la Usach, marcó el cierre del proyecto Anillos ANID ATE 220008, liderado por el Dr. Pablo Lacoste y que se desarrolló en alianza con la Red Iberoamericana de Clústeres de Turismo Eco-Cultural. La iniciativa busca fortalecer la identidad patrimonial y abrir nuevas convocatorias que ampliarán la lista de maravillas reconocidas, impulsando así el desarrollo turístico en América Latina.
El encuentro reunió a 115 expertos de 16 países, con representantes del mundo académico, el sector privado y organismos estatales. El jurado internacional estuvo conformado por especialistas de Francia, España, Chile, Argentina, México y otros países, provenientes de disciplinas tan diversas como la antropología, la economía, la arquitectura, la historia y la sociología. Tras intensas jornadas de diálogo y evaluación, se aprobaron 18 propuestas de seis países como México, Panamá, Perú, Bolivia, Argentina y Chile, que integraron al Atlas de las Maravillas una selección de diez destinos turísticos, cuatro productos identitarios y cuatro experiencias de asociatividad.
Chile ingresó al Atlas de las Maravillas Eco-Culturales de América Latina a través de destinos poco conocidos, pero de gran interés artístico, cultural y ambiental. Entre ellos se encuentra el Valle del Limarí, reconocido por su ruta del lapislázuli y sus pisqueras ancestrales; el Ramal Talca-Constitución, flanqueado por el río Maule y viñedos patrimoniales; la Casa Chueca en Talca, pionera en turismo eco-cultural desde hace tres décadas; los Murales artísticos del Huasco, que rescatan la cosmovisión diaguita y mestiza; y la Salitrera María Elena en Antofagasta, la última en funcionamiento en Chile y de enorme relevancia sociocultural. También fue reconocido el Barrio Gastronómico Parque Bustamante, que rescata el patrimonio culinario de Santiago.
En la categoría de asociatividad, destacaron la Cooperativa Control Pisquero (Atacama y Coquimbo), el Clúster Turístico Ruta Pisquera del Valle de Limarí (Coquimbo), el Barrio Gastronómico Parque Bustamante (Región Metropolitana) y el Clúster Turístico Mendoza Este (Argentina).
Cada jornada del simposio incluyó instancias para que clústeres y productores locales presentaran y compartieran sus productos, en una valiosa oportunidad para fomentar el turismo eco-cultural, visibilizar territorios y promover a las pequeñas y medianas empresas, reconocidas como el principal motor del turismo en la región.
La dimensión internacional del Atlas se reflejó en otros ganadores, como los Esteros del Iberá (Argentina), la ciudad de Sucre y el Valle de Cintis (Bolivia), el paisaje agavero del tequila (México) y la gastronomía moche (Perú), todos ejemplos de territorios y productos con gran potencial para competir con destinos turísticos de Europa y Estados Unidos.
“En este sentido, el Atlas no solo consolida una red de colaboración internacional, sino que también constituye una herramienta estratégica para la promoción del turismo eco-cultural, con un mapa georreferenciado, códigos QR y material de difusión que permitirán su reproducción en sitios web, restaurantes, hoteles y museos, facilitando así su proyección a nivel global”, explicó el Dr. Pablo Lacoste.
Además, la actividad dedicó un espacio especial a los “Rookies”, que convocó a investigadoras e investigadores jóvenes de pre y postgrado. Estudiantes de la Usach presentaron proyectos innovadores en conservación patrimonial, regeneración urbana y turismo eco-cultural, como el plan de conservación del barrio Franklin, la rehabilitación de la Ciudad del Niño y la consolidación de un centro de interpretación en la ex Oficina Salitrera Pedro de Valdivia.
Sobre este espacio, el Dr. Lacoste subrayó: “Los Rookies representan el futuro de este campo de estudios. Con sus ideas frescas y proyectos innovadores, muestran que el turismo eco-cultural no solo rescata la memoria patrimonial, sino que también puede proyectarse con creatividad hacia los desafíos del mañana”.
Texto: Camilo Araya Bernales.
Fotografía: Alexandra Kann.
Hacienda Juntas, cabecera de Alto Limarí, lugar donde se construye el Centro de Interpretación de las pisqueras ancestrales y la ruta del lapislázuli.