La actividad, que tendrá un próximo capítulo el lunes 25 de octubre, se enmarca en el desarrollo del proyecto DICYT USACH “Actitudes y creencias que afectan a la brecha y al desempeño de estudiantes de Educación Media en la prueba SIMCE de Matemática”.
El pasado lunes 18 de octubre la Universidad de Santiago de Chile a través de la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT), en alianza con el Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática, y con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación Desarrollo e Innovación (VRIDEI), dieron inicio al primer capítulo del “Seminario Dimensión afectiva y análisis psicométricos en pruebas estandarizadas”.
La actividad se enmarca en el proyecto DICYT titulado “Actitudes y Creencias que afectan a la brecha y al desempeño de estudiantes de Educación Media en la Prueba SIMCE de Matemática”. Este tiene como punto de interés la posibilidad de poder contar con la opinión de los y las profesoras con respecto de las emociones, creencias y actitudes propias y acerca de lo que perciben en sus estudiantes.
En palabras de la investigadora principal del proyecto, Directora del Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática Usach y académica del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación, de la Facultad de Ciencia de la Universidad de Santiago, Dra. Claudia Vargas Díaz, “para el proyecto resulta vital contar con la reflexión de los especialistas en el aula, es decir, el profesorado, esto porque muy pocas veces se considera lo que el docente vive en el aula escolar” señala.
Durante el primer capítulo de la actividad, la temática se centró en las emociones hacia la matemática, la especialista comenta que la jornada superó las expectativas que tenían, pues se creó un clima de confianza, donde el profesorado compartió sus experiencias, afianzando la necesidad, no solo de hablar de la dimensión afectiva, sino también de hacer laboratorio e investigar pensando en la misión del Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática.
El seminario también destacó al componente humano como parte fundamental en el aprendizaje. Durante el desarrollo del mismo se produjo una nutritiva participación activa de profesores y profesoras, pues “con cada intervención fue posible establecer un diálogo aún más clarificador con las expositoras”, detalla Carolina Jamett G, Profesora de Estado en Matemática y Computación, quien participó activamente de la actividad.
Reflexiones en torno al tema
Dentro de las conclusiones que se obtuvieron de la realización de este primer capítulo, la Dra. Claudia Vargas destaca la necesidad para el sistema escolar de otorgar espacios de discusión sobre temas que desde antes de la pandemia se discutían, pero que ahora cobran mayor relevancia, dado que hay una mayor conciencia de la importancia de las emociones en el aprendizaje. “Nosotras, junto a Claudia Matus Correa (académica del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación), estamos conformes con la primera jornada y con esta experiencia vamos delineando nuestro proceder presente y futuro al servicio de la comunidad escolar. Como investigadoras queremos estar al servicio de la educación”, enfatiza.
Carolina Jamett G. destaca por su parte, el impacto que que conlleva para los alumnos y alumnas, las creencias, sus entornos, los sucesos que viven, y cómo ellos los marcan de tal manera que muchas veces no logran conectarse con la asignatura, o al revés, si algo los motiva, logran tener un amor por la matemática que se ve en sus ojos.
“Lo que me inquieta es que no se puede establecer una solución porque cada realidad es diferente, pero es importante buscar patrones del rechazo hacia la asignatura para poder, de algún modo, ir aportando para que los estudiantes logren tener cariño por la matemática” reflexiona la profesora Jammett.
Javiera Muñoz, moderadora del seminario y estudiante de cuarto año de Pedagogía en Matemática y Computación de nuestra casa de estudios, opina que la sociedad se ha quedado atrás en temas de la investigación de las emociones, específicamente en el área de la pedagogía. “Se ha visto a los y las estudiantes como entes que deben rendir académicamente, que deben sacar buenas notas, y si les va mal es porque no estudiaron lo suficiente, porque no entendieron el contenido, porque el profesor es malo. No se ha puesto la suficiente atención en el hecho de cómo influyen las emociones en el proceso de aprendizaje”, explica.
Todas concuerdan, así mismo, en que los y las profesoras que ingresaron a este seminario, están profundamente comprometidos con mejorar las prácticas docentes, con mejorar la educación y ser un aporte real para acercar de manera atractiva la matemática, y por qué no otras asignaturas también, a sus estudiantes.
Por: Ignacio Vallejos
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