El Dr. Adolfo García, académico del Departamento de Lingüística y Literatura de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), lidera un proyecto Fondecyt Regular que busca desarrollar marcadores digitales del habla y el lenguaje para la detección temprana de enfermedades neurodegenerativas. La iniciativa combina lingüística, neurociencia e inteligencia artificial con el fin de generar herramientas de diagnóstico accesibles y aplicables en la práctica médica. El proyecto cuenta con el apoyo de la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt-Usach).
Las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, el Parkinson y la demencia frontotemporal, son hoy uno de los principales desafíos de la salud pública. Se trata de patologías incurables, que progresan de manera maligna y afectan funciones centrales como la memoria, el movimiento o la conducta socioemocional. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Alzheimer’s Disease International (ADI), se estima que más de 55 millones de personas viven con algún tipo de demencia a nivel mundial, con predicciones de que esta cifra se triplique para 2050.
En el caso de Chile, un país con una población cada vez más longeva, la situación es especialmente crítica. El aumento de la expectativa de vida ha traído consigo una mayor incidencia de enfermedades neurodegenerativas, lo que supone un enorme desafío para el sistema de salud, tanto por los costos de atención como por la necesidad de contar con herramientas diagnósticas más accesibles y oportunas.
Desde la Universidad de Santiago de Chile (Usach), el académico e investigador del Departamento de Lingüística y Literatura, Dr. Adolfo García, lidera el proyecto Fondecyt Regular “Marcadores digitales del habla y el lenguaje de la disfunción extrasilviana en la neurodegeneración”, que busca desarrollar y validar herramientas capaces de detectar los signos tempranos de estas enfermedades.
“Se trata de enfermedades asociadas al envejecimiento, y por eso han aumentado de manera sostenida en la medida en que la expectativa de vida se ha extendido. A esto se suman factores de riesgo como la mala alimentación, el sedentarismo, la falta de lazos sociales activos o la exposición a la contaminación, que incrementan el riesgo de desarrollarlas. Todos estos factores explican el porqué estamos frente a un problema sanitario cada vez mayor”, señala el Dr. Adolfo García.
Buscando señales con IA
Para enfrentar este escenario, el proyecto propone un abordaje integral que combina la lingüística, la neurociencia y la inteligencia artificial. El estudio busca reunir información tanto clínica como lingüística de pacientes y personas sanas para luego compararla.
Durante el proceso, se trabajará con grupos de personas diagnosticadas con Alzheimer, Parkinson y demencia frontotemporal, además de un grupo de control. A cada participante se le aplicarán pruebas estandarizadas y se le pedirá realizar distintas tareas de habla, lo que permitirá obtener registros que después serán analizados con herramientas de inteligencia artificial y contrastados con técnicas de neuroimagen.
“El lenguaje es un espejo de la actividad cerebral. Cuando hablamos, ponemos en juego múltiples funciones cognitivas y motoras que suelen verse alteradas en etapas tempranas de estas patologías. Analizar cómo cambia la fluidez, la entonación o la elección de palabras nos permite detectar señales que a simple vista pasan inadvertidas, pero que resultan valiosas para un diagnóstico temprano. Lo innovador es que aplicaremos inteligencia artificial para procesar estas grabaciones y, al mismo tiempo, contrastaremos los hallazgos con evaluaciones clínicas y técnicas de neuroimagen, lo que nos permitirá validar marcadores digitales confiables y útiles para la práctica médica”, explica el investigador.
La investigación reúne a varios especialistas a nivel nacional, además de colaboraciones con instituciones nacionales, como el Hospital del Salvador, el Centro de Trastorno de Movimiento y el Instituto BrainLat; e internacionales, como con el Global Brain Health Institute (UCSF) y la red Include.
El proyecto busca desarrollarse en un plazo de cuatro años, durante los cuales se trabajará con más de 200 participantes, entre los que se incluyen personas con Alzheimer, con Parkinson, con demencia frontotemporal y un grupo de controles sanos.
“Si logramos establecer marcadores digitales que detecten señales tempranas, podremos intervenir cuando todavía hay buenas posibilidades de mitigar el impacto de estas enfermedades. Eso significa dar a los pacientes y a sus familias la posibilidad de acceder a tratamientos, terapias y planes de cuidado mucho antes, con un impacto enorme en la calidad de vida”, concluye el Dr. García.
Texto y Fotografía: Camilo Araya Bernales